Es propicia la época navideña para traer a la memoria a este personaje que no se pierde reunión social, bautizo, cumpleaños, matrimonio, grado, rumba navideña o entierro para entrar a saco y aplicarse una pea sin meterse la mano al dril.
Este personaje es un genio, pues no es sino destapar una botella para que aparezca. Se hace invitar a beber y nunca paga la cuenta. A uno de esos lo apodaron gallina vieja porque come, bebe y no pone.
Hay gotereros de profesión. Conocí uno muy particular en el centro de Medellín, era un curita viejo muy querido que recorría algunos bares como el Colón, el San Fernando, el Zoratama, es decir en el pasaje la Bastilla y alrededores y terminaba más rascao que güeva de perro, pues nunca faltó quienes le suministraran el guaro.
El “goterero”, llamado también gorrón, tiene distintas estrategias para no participar en la vaca para pagar la cuenta. Conocí uno que mantenía en el bolsillo un billete grueso, de esos que nunca tiene devuelta; lo mostraba y decía que no tenía menuda. Otra estrategia muy socorrida es calcular el momento en que van a pedir la cuenta y salir para el orinal donde espera a que la cuenta esté saldada. Hay también quienes se duermen a la hora de pagar.
Francisco Arango Mejía
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