viernes, 7 de abril de 2017

¡Son uña y mugre!

Tierra en las uñas es indicio de que se trabaja en  las labores del campo y que manicuristas y pedicuristas están condenados a morirse de hambre en cualquier finca colombiana. La Urbanidad de Carreño que nos tocó, sólo alcanzó a sugerir el lavado de los pies una vez por semana, pero no llegó  a plantear ni siquiera la bañada completa como la tenemos todos los antioqueños. Veamos al respecto lo que expresa Manuel Antonio del Rosario Carreño, este caraqueño educado en París a principios del siglo XIX, acerca del aseo de la persona (Cap. II del aseo de nuestra persona): “Entonces al levantarnos lavaremos la cara con dos aguas, los ojos, los oídos interior y exteriormente, todo el cuello alrededor, etc., etc., luego nos limpiaremos la cabeza y nos peinaremos.” Nota: es posible que los dos etcéteras, se refieran al motor y las alas.


Pero ni forma de culpar a este diplomático criado con europeos para los cuales  el olorcito pegajoso y viscoso del grajo les ofrece un cierto encanto sexual. Pero volviendo a esas amistades  tan pegadizas es importante que al menos no seamos considerados como la mugre, sino más bien como uña, dado que la primera no deja de ser grasienta.  

Juan Manuel Pérez 





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