miércoles, 10 de mayo de 2017

Salir con bollo al hombro

(dicho paisa)

Un bollo antioqueño no es exactamente un pan de maíz o de harina con algunas especias apetitosas que se ofrece en  la costa colombiana; para nosotros los paisas  un bollo es otra cosa muy distinta: lo más insoportable y que no merece presentación para la nariz ni para los ojos, dada su naturaleza y procedencia.

Ahora bien, para comprender mejor aquello de “salir con bollo al hombro” debemos recurrir a la historia. Fue precisamente un sabio griego de nombre Arquímedes quien se encontraba  nadando en un estanque, cuando  de pronto notó que no estaba solo en la superficie del agua; al lado de su cabeza venía un bollo del tamaño de un plátano hartón, el cual no se alejaba de su oreja por mucho que el anciano maniobrara para tomarle ventaja.

Arquímedes, que de por sí era un sabio muy reconocido en la Grecia  Antigua, determinó sumergirse hasta el fondo de la cisterna con el fin de liberarse de tan putrefacta compañía, pero para su desgracia, la caca se quedó muy campante en la superficie,  a su espera como si se tratase de un salvavidas,  así que el sabio emergió del estanque con el bollo al hombro y gritando, EUREKA, EUREKA, EUREKA, esto es, ya lo encontré”.
  
Claro está que este famoso genio de Siracusa no estaba buscando exactamente una deposición en el Mediterráneo; no, él indagaba por explicar  que todos los cuerpos, incluyendo un bollo de cualquier calado y proporción,  perdían parte de su peso dentro de un líquido.

De la anterior leyenda escatológica pero científica se lucró muy bien la cultura antioqueña para extraer   el famoso dicho aplicable a cualquier persona que después de pregonar que posee algún conocimiento o experiencia en esto o en aquello y no muestra resultados, termina “saliendo con bollo al hombro”.


Juan Manuel Pérez 

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