(dicho paisa)
Todo mayor de sesenta años, así no sea de fundillo aristocrático le tocó estudiar y aplicar en su vida social una reliquia de la antigüedad libresca, el "Manual de Urbanidad y buenas maneras" del caraqueño Manuel Antonio Carreño.
Pero, ¿dónde estaba la gracia del famoso Manual de Carreño? Pues nada más y nada menos que en obligar a la juventud a llegar virgen al estado del matrimonio. De ahí que gran parte de las recomendaciones dadas por este músico, pedagogo, y diplomático venezolano, estaban relacionadas con el pudor, el decoro, el recato y la pureza.
El famoso "Manual de Urbanidad y buenas maneras" expresa que una persona educada deberá lavarse los pies al menos una vez por semana, sin descartar que existan ocasiones en donde se hace necesario hacerlo, por ejemplo cuando se va a la Iglesia o se tiene una actividad de tipo social.
Y fueron precisamente aquellos encuentros sociales, como las invitaciones y las citas clandestinas en donde cumpliendo con la etiqueta de los pies lavados, a más de uno o de una, le incumplieron y les tocó quedarse con las patas lavadas.
Juan Manuel Pérez
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