Este lagarto no hace parte de la fauna política colombiana que crece y se multiplica silvestre como una verdadera plaga; no tiene apellidos de rancio abolengo como Holguín, Santos, Ospina, Samper, Galán o Valencia; ni de emergentes como Vásquez Velázquez, Escobar Gaviria, Ochoa Vásquez o Rodríguez Orejuela.
El caimán es una especie de lagarto en vía de extinción que se identifica con el paisano de a pié, con el ciudadano elemental de poca formación que rebusca su manutención en actividades simple e informales y que lo hace particularmente en el sector del transporte.